El proceso 8000.
Cali, Bogotá; en la esfera política de Colombia, en el extranjero; vergüenza nacional. 1995
Lo que no mata, engorda. Y fueron precisamente esas dos acciones que el narcotráfico generó (y todavía lo hace) en las décadas de 1980 y 1990. Mató a cientos de personas por todo el país y engordó las cifras de corrupción y desconfianza de los colombianos en sus instituciones. Por ello, el narcotráfico como problema de seguridad nacional, de corrupción política, generador de violencia en muchos ámbitos sociales del país, hizo metástasis dentro en la vida nacional; y el proceso 8000 fue uno de esos “15 minutos de (negra) fama” que ha tenido el país.
Lo que no mata, engorda. Y fueron precisamente esas dos acciones que el narcotráfico generó (y todavía lo hace) en las décadas de 1980 y 1990. Mató a cientos de personas por todo el país y engordó las cifras de corrupción y desconfianza de los colombianos en sus instituciones. Por ello, el narcotráfico como problema de seguridad nacional, de corrupción política, generador de violencia en muchos ámbitos sociales del país, hizo metástasis dentro en la vida nacional; y el proceso 8000 fue uno de esos “15 minutos de (negra) fama” que ha tenido el país.
La cosa fue más o menos así:
En 1994, el candidato a la presidencia Andrés Pastrana Arango, entregó unos casetes (o “narcocasetes”) que contenían conversaciones entre el periodista Alberto Giraldo con los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela sobre la filtración de dineros del Cartel de Cali a la campaña política por la presidencia de Ernesto Samper Pizano. Las investigaciones sobre la filtración de esos dineros a la campaña, originó una investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación no solo al presidente electo, sino a una larguísima lista de vinculados políticos (representantes, senadores, ministros, un procurador y un contralor general), empresarios, y hasta músicos relacionados con los dineros del narco. La cantidad de la infiltración de dineros ilícitos fue tan alarmante que no quedó duda alguna sobre la veracidad del hecho.
El Partido Liberal (el partido Samper) llevó a nombre de Horacio Serpa la defensa del presidente en la investigación que le abrió la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representes: 111 votos a favor y 43 en contra, fue el resultado que permitió que se archivaran los cargos contra Samper. Estados Unidos le retiró la visa al presidente y desertificó al país en materia de lucha contra las drogas. Algunos terminaron en la cárcel, como el entonces ministro de defensa Fernando Botero Zea que aseguró que Samper sí sabía de los dineros del narco en su campaña, en especial cuando Botero fue el director de la campaña de Samper. En este caso los vinculados al proceso, tal como se mencionó en El Espectador en una edición especial, “ni fueron todos los que estuvieron, ni estuvieron todos los que fueron. Esa fue la gran conclusión que dejó el proceso 8.000.”
Hoy Samper es presidente de Unasur.