Carrusel de la contratación.
Bogotá - 2010
Pasaron los meses y los años; obreros tendido bajo el sol, deambulado detrás de las lonas verdes para cerramiento en la obra de la tercera fase de Transmilenio por la calle 26, o simplemente jugando parqués sin más. Los bogotanos se acostumbraron a los trancones, a los desvíos de las rutas de transporte y la post-apocalíptica visión de una Bogotá parcialmente destruida, sin remedio, como si nada de este fuese un hecho extraordinario. El desfalco que se generó a la capital del país fue estimado en unos 2,2 billones de pesos. Sin embargo, el tremendo robo a las arcas de la ciudad no solo tuvo que ver con la adjudicación de la obra de Transmilenio en su tercera fase, sino que abarcó contratos por otros conceptos, además de millonarias adiciones a los contratos una vez adjudicados; y quizá el más renombrado de estos contratos fue por el cual se condenó al ex alcalde mayor de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, en lo concerniente a la adquisición de ambulancias y la manera fraudulenta en la que se manejó el contrato para que quedara en las manos de la asociación de la empresa TAM y la Unión Temporal Transporte Ambulatorio Bogotá.
Pasaron los meses y los años; obreros tendido bajo el sol, deambulado detrás de las lonas verdes para cerramiento en la obra de la tercera fase de Transmilenio por la calle 26, o simplemente jugando parqués sin más. Los bogotanos se acostumbraron a los trancones, a los desvíos de las rutas de transporte y la post-apocalíptica visión de una Bogotá parcialmente destruida, sin remedio, como si nada de este fuese un hecho extraordinario. El desfalco que se generó a la capital del país fue estimado en unos 2,2 billones de pesos. Sin embargo, el tremendo robo a las arcas de la ciudad no solo tuvo que ver con la adjudicación de la obra de Transmilenio en su tercera fase, sino que abarcó contratos por otros conceptos, además de millonarias adiciones a los contratos una vez adjudicados; y quizá el más renombrado de estos contratos fue por el cual se condenó al ex alcalde mayor de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, en lo concerniente a la adquisición de ambulancias y la manera fraudulenta en la que se manejó el contrato para que quedara en las manos de la asociación de la empresa TAM y la Unión Temporal Transporte Ambulatorio Bogotá.
En esta serie de inmensos desfalcos se vieron involucrados el ex alcalde de Bogotá; el hermano y congresista de éste último, Iván Moreno; el ex gobernador de Cundinamarca Álvaro Cruz y su esposa Luz Rozo; el ex concejal José Juan Rodríguez; el ex contralor de Bogotá Ángel Moralesrussi; el ex secretario de salud de Bogotá Héctor Zambrano; la ex directora del Instituto de Desarrollo Urbano Liliana Pardo (en este momento prófuga de la justicia); el ex subdirector de esa misma entidad Inocencio Meléndez; el ex presidente de Conalvías Andrés Jaramillo; los contratistas Emilio Tapia y Julio Gómez (entre otros); los empresarios y primos Guido, Manuel y Miguel Nule. No a todos la justicia ha procesado y muchos otros intermediarios a distintos niveles se encuentran en libertad.
Una anécdota: La noche del sábado 5 de septiembre del 2015 en la cárcel de la Picota en Bogotá, fueron encontrados en un asado y tomando whisky “Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo, cerebros del desfalco de la comisionista Interbolsa; el abogado Álvaro Dávila y el ex concejal José Juan Rodríguez, en prisión por el ‘carrusel de la contratación’; el ex gobernador de Arauca Julio Enrique Acosta Bernal, tras las rejas por homicidio y nexos con paramilitares; y Camilo Bula Galeano, condenado a ocho años de prisión por un detrimento de 31.500 millones de pesos en la Dirección Nacional de Estupefacientes”.
¡Todos para uno y uno para todos!