El final de la era del tren.
Periodo de funcionamiento: 1954-1991 y poco o nada después
Con la intención de integrar las empresas ferroviarias que en Colombia existían y que eran administradas por regiones, fue como Ferrocarriles Nacionales de Colombia (FNC), una entidad estatal adscrita al Ministerio de Obras Públicas, vio la luz en 1954. Para 1975 FNC sufría graves problemas financieros causados por las cargas prestacionales que heredó la empresa de la época de administración regional, o los altos porcentajes de pensionados con respecto al personal activo[4]. Si para 1974 esta red ferroviaria transportaba el 12% de del total de la carga movilizada en el país, en 1989 transportaba tan solo el 4%. En el Gobierno de Virgilio Barco se decidió dar cristiana sepultura a la FNC, otorgándole la misión de renovar, expandir y sostener la infraestructura férrea de Colombia pasaría a manos del Ferrovías. Sin embargo estos propósitos nunca se realizaron. El desangramiento de lo poco que quedó de la era del tren en Colombia llegó con la corrupción.
Con la intención de integrar las empresas ferroviarias que en Colombia existían y que eran administradas por regiones, fue como Ferrocarriles Nacionales de Colombia (FNC), una entidad estatal adscrita al Ministerio de Obras Públicas, vio la luz en 1954. Para 1975 FNC sufría graves problemas financieros causados por las cargas prestacionales que heredó la empresa de la época de administración regional, o los altos porcentajes de pensionados con respecto al personal activo[4]. Si para 1974 esta red ferroviaria transportaba el 12% de del total de la carga movilizada en el país, en 1989 transportaba tan solo el 4%. En el Gobierno de Virgilio Barco se decidió dar cristiana sepultura a la FNC, otorgándole la misión de renovar, expandir y sostener la infraestructura férrea de Colombia pasaría a manos del Ferrovías. Sin embargo estos propósitos nunca se realizaron. El desangramiento de lo poco que quedó de la era del tren en Colombia llegó con la corrupción.
En 2003, el ex presidente de Ferrovías, Julián Palacio Luján, adquirió 17 predios (entre estos apartamentos casas en Bogotá, Cali, Palmira y Bucaramanga), que estaban avalados en más de 500 millones de pesos; además, el Tribunal Superior de Bogotá condenó a este furtivo comprador a 10 años y 4 meses de prisión por irregularidades encontradas en la adjudicación de diversos contratos[5]. Uno de esos contratos celebrados en 1997 ascendía a los 18 mil millones de pesos con las empresas Cargo Plus Ltda. y Asesoría Jurídicas Especializadas por el concepto de asesorías que nunca se realizaron; por cierto, unas de esas empresas había sido creada meses antes por la esposa de Palacio. Otra de estas asesorías fue pagada en $2.685.048.656 millones.
Se vale recordar que el mismo Palacio, en respuesta a una denuncia pública hecha por Andrés Pastrana Arango en 1997, aseguró que Ferrovías “ha llevado por buen camino el proceso de recuperación del ferrocarril a través del sistema de concesión”.