¿Cuál profesión ejerce?: Todas.
Huila - 2001
Indicar cuál es el límite de lo moralmente correcto, cuando una broma -por muy ingeniosa que pueda parecer una idea- saca provecho de más de un incauto, es en algunos casos, difícil de acotar. Podría decirse que la proporción de un engaño es equivalente al daño causado a una persona, a una población, y casos los ha habido en Colombia de todas las proporciones y en todas las épocas.
En 1960 un hombre se hizo pasar por Embajador de la India en Neiva como un marajá de nombre Rahama Machaka. Gracias a su atuendo y a su acento, fue tratado con los mejores agasajos, disfrutando de una noche a expensas de los curiosos incautos. Pero para Eduar Coronado Charry, la “jugada” se expandió durante varios años.
Capturado en 2001 por el extinto DAS, bajo los cargos de “estafa, falsedad personal, hurto, secuestro y utilización de prendas de uso privativo de las fuerzas militares”. Se hizo pasar por médico, guerrillero, militar, petrolero, veterinario, tramitador de pensiones entre otras profesiones.
Indicar cuál es el límite de lo moralmente correcto, cuando una broma -por muy ingeniosa que pueda parecer una idea- saca provecho de más de un incauto, es en algunos casos, difícil de acotar. Podría decirse que la proporción de un engaño es equivalente al daño causado a una persona, a una población, y casos los ha habido en Colombia de todas las proporciones y en todas las épocas.
En 1960 un hombre se hizo pasar por Embajador de la India en Neiva como un marajá de nombre Rahama Machaka. Gracias a su atuendo y a su acento, fue tratado con los mejores agasajos, disfrutando de una noche a expensas de los curiosos incautos. Pero para Eduar Coronado Charry, la “jugada” se expandió durante varios años.
Capturado en 2001 por el extinto DAS, bajo los cargos de “estafa, falsedad personal, hurto, secuestro y utilización de prendas de uso privativo de las fuerzas militares”. Se hizo pasar por médico, guerrillero, militar, petrolero, veterinario, tramitador de pensiones entre otras profesiones.
Las víctimas de sus estafas eran usualmente personas desempleadas o adultos mayores. En 1999 extorsionaba a comerciantes y ganaderos, haciéndose pasar por un guerrillero de las FARC.
En 2001 se hacía pasar por veterinario, y los animales que le dejaban a su cuidado, los remitía a una veterinaria a unas cuantas cuadras donde tenía su negocio, beneficiándose él cobrando por el trámite. Al momento de su captura, se encontraba dictando una charla sobre primeros auxilios en Pitalito, Huila, en el colegio Jerónimo España. Lo que sí se sabe de él es que es bogotano, conductor de profesión, y para el momento de su captura tenía 26 años.