Del Rincón del Vago al Concejo de Bogotá: pequeña historia de un plagio.
Bogotá, 2006.
Y es precisamente “pequeña”, porque en esta historia, la persona o las personas que cometieron plagio, nunca fueron juzgadas o sancionadas al respecto; e indigna saber que el plagio se cometió en el Concejo de Bogotá, a nombre del ex concejal Leo César Diago. Inmediatamente el caso incita la risa (con matices de vergüenza ajena) al conocer que el texto plagiado contiene extractos de los portales web El Rincón del Vago, Icarito y de la Corporación Red País Rural. El proyecto de acuerdo que el concejal entregó en el Concejo y que se buscaba que entidades del Distrito aporten recursos para apoyar medios de comunicación alternativos, contenía extractos que, reproducidos de manera exacta, pertenecían a publicaciones hechas en los mencionados portales web, los cuales sí contienen las correspondientes fuentes citadas.
El concejal se defendió al exponer que los responsables del plagio habían sido los miembros de su equipo de trabajo. Por esta acción, que bien pudo costarle la destitución de la investidura, o como lo señala el código penal en los artículos 270 y 271, prisión de 2 a 5 años y una multa entre los 200 y 1000 salarios mínimos vigentes.
Y es precisamente “pequeña”, porque en esta historia, la persona o las personas que cometieron plagio, nunca fueron juzgadas o sancionadas al respecto; e indigna saber que el plagio se cometió en el Concejo de Bogotá, a nombre del ex concejal Leo César Diago. Inmediatamente el caso incita la risa (con matices de vergüenza ajena) al conocer que el texto plagiado contiene extractos de los portales web El Rincón del Vago, Icarito y de la Corporación Red País Rural. El proyecto de acuerdo que el concejal entregó en el Concejo y que se buscaba que entidades del Distrito aporten recursos para apoyar medios de comunicación alternativos, contenía extractos que, reproducidos de manera exacta, pertenecían a publicaciones hechas en los mencionados portales web, los cuales sí contienen las correspondientes fuentes citadas.
El concejal se defendió al exponer que los responsables del plagio habían sido los miembros de su equipo de trabajo. Por esta acción, que bien pudo costarle la destitución de la investidura, o como lo señala el código penal en los artículos 270 y 271, prisión de 2 a 5 años y una multa entre los 200 y 1000 salarios mínimos vigentes.
El escándalo no pasó de ser un bochornoso episodio para el entonces concejal, y no le acarreó ningún tipo de sanción.
Tristemente, este no ha sido el único caso de plagio en el Consejo de Bogotá: Luis Fernando Olivares también plagió textos en un proyecto de acuerdo, aludiendo argumentos similares a los de Diago.